Por su parte, Delta anunció que todos los pasajeros serían colocados en otros vuelos. Quienes iban en el avión más grande fueron llevados en autobús a la terminal, mientras que el avión más pequeño regresó a la puerta de embarque por su cuenta.
Esta situación se suma a una serie de cuasi accidentes e incidentes de incursiones en pistas el año pasado que generaron preocupaciones sobre la seguridad de la aviación estadounidense y la presión sobre el control del tráfico aéreo con escasez de personal. Esto, además, llevó a la Junta Nacional de Seguridad del Transporte a pedir más tecnología para prevenir colisiones.
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